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“Ustedes son todos Hermanos”
(Mt 23, 8)

Orientaciones
para la formación del Hermano
en la SVD
Publicaciones SVD
Generalato - Roma - 2005
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“USTEDES SON TODOS HERMANOS”
(Mt 23, 8)
Orientaciones para la formación
del Hermano en la SVD
- Presentación - (Hecha por el Superior
General)
- 1. Introducción
- 2. Los Hermanos en la Congregación
- 3. Animación Vocacional y Programas de Formación
- 3.1 Animación Vocacional
- 3.2 Pre-Noviciado
- 3.3 Noviciado
- 3.4 Post-Noviciado
- 4. Los Responsables de la Formación del Hermano
- 4.1 El Candidato Hermano
- 4.2 El Director de la Animación Vocacional
- 4.3 El Prefecto de los Hermanos en Votos Temporales
- 4.4 El Superior Local
- 4.5 El Acompañante Local
- 4.6 El Director Espiritual
- 4.7 El Coordinador Nacional de la Formación de los Hermanos
- 5. Conclusión
- Apéndice: Un panorama general de los Hermanos Verbitas hoy
(Preparado por el Hno. Alfonso Berger)
Estimados cohermanos,
Para el título
de este cuaderno, “Ustedes son todos Hermanos”, nos hemos inspirado en la
cita evangélica de Mt 23, 8. Este cuaderno desea ofrecer algunas
orientaciones básicas acerca de la Formación del Hermano en la SVD. Han
sido elaboradas por una comisión especial compuesta por el Consejero
General, Hno. Alfonso Berger, el Secretario General de la Formación y
Educación, P. Thomas Malipurathu, y el Hno. Guy Mazola, invitado
especialmente de nuestra provincia del Congo (CNG) para formar parte de
esta comisión. Como la misma comisión señala en la introducción, la
intención de este cuaderno no es la de brindar un programa completo para
la formación del Hermano. Su intención, más bien, es la de presentar
orientaciones para el desarrollo de un programa de formación del Hermano,
que esté en sintonía tanto con el carisma de nuestra Congregación como con
los signos de los tiempos en una provincia o región. Los destinatarios
principales de este cuaderno son los cohermanos, Sacerdotes y Hermanos,
que trabajan en la animación vocacional y en la formación, así como los
responsables de la preparación de programas para la formación de los
Hermanos.
La comisión ha basado su trabajo en un buen número de materiales, a
saber: las respuestas al borrador sobre la Formación del Hermano SVD que
fue enviado anteriormente a todos los formadores verbitas, los diferentes
programas de formación de los Hermanos vigentes en algunas provincias y
regiones, además de varios documentos verbitas sobre la Formación del
Hermano. El borrador del presente cuaderno ha sido discutido varias veces
en el Consejo General y, finalmente, aprobado en su reunión del 27 de
Enero de 2005. Quisiera agradecer a los miembros de la comisión especial
por el tiempo y el esfuerzo que han invertido en esta tarea. Es mi
esperanza y, seguramente, la de ellos también, que esta inversión
producirá sus frutos en el desarrollo de sólidos y actualizados programas
de formación para los Hermanos en nuestras provincias y regiones.
El cuaderno incluye, como un apéndice, un interesante panorama de la
situación actual de nuestros Hermanos en la Congregación, preparado por el
Hno. Alfonso Berger. Si nos dejamos llevar simplemente por las
estadísticas, parece que habría razones para preocuparse. El número de los
Hermanos en la SVD ha caído a un 12, 5 % del total de los miembros
verbitas. El Hno Alfonso señala que esta proporción caerá más aún, tal vez
hasta un 10 % en los próximos años. Afirma, así mismo, que en el año 2004,
de nuestros jóvenes en votos temporales, sólo el 7, 3 % eran Hermanos en
cuanto que el 92, 7 % eran clérigos. Afortunadamente, los números no dicen
todo. Más allá de los números, existen también señales de esperanza. El
Hno. Alfonso menciona tres: 1) Los Hermanos en la SVD han dado siempre un
testimonio alegre de consagración religiosa a través de sus vidas y
trabajos; (2) un número considerable de Hermanos han sido elegidos o
nombrados recientemente para importantes cargos de liderazgo como vice-provinciales,
consejeros provinciales y superiores locales; (3) parece que hay un
florecimiento de vocaciones de Hermanos en algunas provincias y regiones,
en países como Indonesia, India, Brasil y Argentina.
De hecho, creo que no sería real aspirar al retorno de aquellos días en
que nuestras comunidades rebosaban de Hermanos. Aunque no debemos aflojar
nuestros esfuerzos en la animación vocacional de los Hermanos, debemos ser
conscientes que el futuro de la vocación del Hermano en la SVD estará
determinado no por el número de Hermanos que tendremos, sino por la manera
convincente con que los Hermanos vivan su vocación. Para ello, debemos
prestar una mayor atención a nuestros programas de formación de los
Hermanos. En efecto, en varios Capítulos Generales y asambleas de Hermanos
se ha percibido que la necesidad fundamental, en el área de la vocación
del Hermano en la SVD, es un buen programa de formación actualizado para
los Hermanos. Sólo los que estén adecuadamente formados podrán vivir su
vocación de una manera convincente. Y sólo los Hermanos que vivan su
vocación de modo convincente, podrán atraer jóvenes para unirse a ellos en
la SVD.
Obviamente, la situación de la vocación del Hermano en la SVD es una
preocupación no sólo de los Hermanos, sino de cada cohermano en la
Congregación. Los clérigos en la SVD están llamados a preocuparse también
de esta situación. Cada uno está llamado a apoyar de forma activa la
vocación del Hermano en la SVD. Tal vez, el mejor apoyo es el de acoger el
desafío de los Hermanos entre nosotros, esto es, que “nosotros somos todos
hermanos” y así esforzarnos por vivir esta verdad en todas nuestras
comunidades.
Termino con la cita de la declaración del XV Capítulo General sobre los
Hermanos:
“Conscientes de la importancia de los Hermanos en nuestra
Congregación, recomendamos que todos los niveles de gobierno prosigan en
sus esfuerzos de dar a conocer la vocación de los Hermanos y promover su
desarrollo en la Congregación. Recomendamos, además, que los Hermanos
sean motivados para elegir servicios directamente afines a las
expresiones de nuestro diálogo profético y a las dimensiones
características de nuestra vocación verbita, y a hacerse
profesionalmente competentes en ellos” (En Diálogo con el Verbo [EDV]
1/2000, n. 104).
Ojalá, pueda este cuaderno ayudarnos en nuestros “esfuerzos de dar a
conocer la vocación de los Hermanos y promover su desarrollo en la
Congregación”.
Fraternalmente en el Verbo Divino,
Antonio M. Pernia, SVD
Superior General
1. INTRODUCCIÓN
En Mayo de
2003, el Hno. Alfonso Berger, después de haber discutido el asunto en el
Consejo General, envió un documento borrador sobre la formación del
Hermano SVD a todos los formadores. La razón principal de esa iniciativa
fue la preocupación acerca de la falta de programas adecuados de formación
para los Hermanos en algunas provincias/regiones. En algunos casos, los
programas no estaban actualizados y, en otros casos, tales programas ni
siquiera existían. Con todo, algunos formadores enviaron sus respuestas.
En Diciembre 2003, él presentó las reacciones/respuestas a ese documento
borrador que las provincias y regiones habían mandado al Consejo General
hasta ese momento, así como también algunos programas actualizados.
Después de la sesión de planificación del Generalato, en enero 2004, el
Consejo General concluyó que el proceso de actualización de los programas
de formación de los Hermanos debía continuar. Por esta razón, fue enviada
una carta intitulada: “Continuando la reflexión sobre la formación del
Hermano SVD” (SVD 4b/041172), fechada el 14 de mayo de 2004, dirigida
a todos los formadores. En junio 2004, el Hno. Guy Mazola (CNG), fue
solicitado por el Consejo General para venir a Roma y formar parte de una
comisión, integrada además por el P. Thomas Malipurathu, Secretario para
la Formación y Educación del Generalato, y el Hno. Alfonso Berger. La
tarea de esta comisión fue la de preparar un cuaderno sobre la formación
del Hermano SVD y otros materiales adicionales que serán colgados en
nuestra página web para ser utilizados por los formadores y para motivar a
las provincias/regiones a revisar sus programas de formación para los
Hermanos.
Este cuaderno es el resultado de varios intercambios de informaciones
sobre la vocación del Hermano verbita entre las provincias y regiones con
el Generalato. Se trata de un resumen de los contenidos y actividades
principales del programa de formación del Hermano, que la actual comisión
ha trazado. Este cuaderno es ofrecido como una herramienta que
puede ayudar a las provincias y regiones a actualizar sus programas de
formación para los Hermanos. Por eso, no se lo concibe como un programa
completo para los Hermanos en la Congregación. La intención principal, es
ofrecer motivaciones y orientaciones, basadas en las respuestas al
documento borrador, en los programas de formación de los Hermanos
disponibles en el Generalato y otros cuadernos, en vistas a mejorar el
programa de la formación de los Hermanos en las provincias/regiones.
Los formadores verbitas podrían utilizar este cuaderno como una
fuente de referencia sobre la formación del Hermano en sus encuentros
y conversaciones informales con posibles candidatos verbitas, cuando les
presenten las dos opciones de servir al Señor en la Congregación, como
Sacerdote o Hermano. Además, este cuaderno podría constituir un valioso
medio para los animadores vocacionales, en el sentido de presentar una
idea más clara acerca de la formación del Hermano en la Congregación.
Confiamos en que, en los distintos niveles (provincial/regional y
zonal), ciertamente se apreciará este cuaderno como una ayuda para
desarrollar apropiados programas de formación para nuestros Hermanos. Al
llevar a cabo esta iniciativa, se debería tener en cuenta los desafíos
misioneros que nuestra Congregación tiene que encarar hoy para dar
testimonio del Reino de Dios.
Es importante tener presente que no existe la intención de forjar un
programa uniforme para todas las provincias y regiones. El objetivo
de este cuaderno, es animar a las provincias y regiones a actualizar sus
programas de formación para los Hermanos. Lo que presentamos aquí, es un
esquema concreto para apoyar esa tarea. Cuando esa labor esté concluida,
gentilmente envíe una copia de dicho programa al Generalato, después de
que el mismo haya sido aprobado por la autoridad competente. Le
solicitamos esto a fin de enriquecer la carpeta electrónica con los
diferentes programas de formación disponibles en nuestra página web.
Para obtener ulteriores informaciones acerca de los diferentes
programas de formación del Hermano verbita, vaya a la página web SVD:
www.svdcuria.org (apartado
Formación), o envíe su petición al Generalato, en el caso de que no pueda
acceder al mismo. Estos programas serán colgados en la página web en sus
lenguas originales. Se podrá solicitar a las provincias y regiones,
si es necesario, traducir sus programas respectivos en una de las lenguas
oficiales de la Congregación.
2. LOS HERMANOS EN LA CONGREGACIÓN
2.1 El pasado
Echando una mirada retrospectiva hacia nuestra historia como
Congregación, se pueden identificar tres etapas principales del desarrollo
de la vocación de los Hermanos. La primera etapa debería abarcar desde la
fundación (1875) hasta el Concilio Vaticano II (1962-1965). Durante ese
período, el Hermano era considerado como “una persona consagrada que
dedicaba su vida a la misión de la Iglesia a través de su trabajo manual”
(Analecta SVD- 70/2, 1995 – La vocación del Hermano SVD hoy). A
pesar de su importante contribución en la misión, el Hermano era
considerado como un ayudante de los Sacerdotes, quienes eran
considerados los principales agentes de la misión en aquel tiempo.
Más tarde, con el Concilio Vaticano II, el enfoque de la misión de
la Iglesia cambió. El objetivo era más bien el de servir al Reino de
Dios y no meramente el de implantar la Iglesia.
La segunda etapa, entre 1965 y 1982, coincide con uno de los períodos
más críticos de nuestra Congregación, en general, y de los Hermanos, en
particular. Tuvimos que encarar la situación de un gran número de Hermanos
que dejó la SVD; cada uno debió ajustarse a la nueva comprensión de la
Iglesia, y de la misión. Durante ese período, aún con dificultades, la
formación de los Hermanos fue actualizada, introduciéndose una
amplia formación espiritual y pastoral, junto con la formación
profesional. Desde el IX Capítulo General (1967-1968) en adelante, siempre
ha habido Hermanos presentes en los Capítulos Generales, y algunos de
ellos fueron elegidos consejeros generales. En esta misma línea, el último
Capítulo General también acentuó: que todos los cargos en la
Congregación sean asequibles a todos los cohermanos en votos perpetuos…
(EDV 1, “Otras decisiones del XV Capítulo General”, Resolución 2.7).
A partir de 1982, ha habido un período de consolidación respecto
a la vocación del Hermano. De hecho, en aquel año, el XII Capítulo General
aprobó las nuevas Constituciones y también dio orientaciones específicas
para la formación de los Hermanos. De acuerdo con el XII Capítulo General
(1982), el programa de los Hermanos debe destacar claramente “tres
aspectos principales de la formación: 1) desarrollo humano, 2) desarrollo
misionero y espiritual, y 3) formación técnica y educación ulterior” (Nuntius,
Vol. XI, p. 586). A esto se añade que el cuaderno final de la Asamblea
sobre la Vocación del Hermano (Nemi, 1994, Analecta 70/2, pp. 96-102),
ha dado ciertas orientaciones respecto a la identidad, espiritualidad y
formación de los Hermanos. Ahora es el momento de preguntarnos: ¿cómo
han sido integradas estas orientaciones en los programas de formación de
los Hermanos? ¿Han realizado las provincias y regiones una evaluación
trienal sobre los programas de formación de los Hermanos, como fue
recomendado por el XIV Capítulo General (1994)?
2.2 El presente
El XV Capítulo General (2000) confirmó el proceso de renovación de la
vocación del Hermano verbita y recomendó para toda la Congregación:
“Conscientes de la importancia de los Hermanos en nuestra Congregación,
recomendamos que todos los niveles de gobierno prosigan en sus esfuerzos
de dar a conocer la vocación de los Hermanos y promover su desarrollo en
la Congregación.” (EDV 1, n. 104). Según esta declaración, hay un nuevo
reconocimiento de los Hermanos; ellos son apreciados en razón de su
importancia en y para la Congregación. Esta importancia, aunque no
explicitada, se funda no sólo en los servicios de los Hermanos, sino en su
vida consagrada, como laicos. Su presencia realza nuestra comunidad
verbita. Ellos recuerdan a la Iglesia en general, y a la Congregación en
particular, nuestra complementariedad, como Sacerdotes y Hermanos, en la
misión. “Hay diferente tipos de dones espirituales, pero es el mismo
Espíritu quien los da. Hay diferentes modos de servir, pero es el mismo
Señor a quien servimos” (1 Cor 12, 4-5).
En muchas comunidades verbitas, los Hermanos se destacan por su sentido
de acogida, de participación en la vida comunitaria y por su espíritu de
oración. Además se debe añadir el hecho de que, a través de sus diferentes
servicios y profesiones, los Hermanos contribuyen también al
auto-sostenimiento de la Congregación, y mantienen conscientes a sus
miembros de este asunto.
2.3 El futuro
El XV Capítulo General hizo todavía una recomendación con respecto a la
misión de los Hermanos: “Recomendamos, además, que los Hermanos sean
motivados para elegir servicios directamente afines a las expresiones de
nuestro diálogo profético y a las dimensiones características de
nuestra vocación verbita” (EDV 1, n. 104). Un gran número de Hermanos está
aún dedicado a tareas y servicios tradicionales en algunas grandes
comunidades verbitas, lo cual agradecemos sinceramente. Sin embargo, ¿cómo
podrían los Hermanos integrar mejor en sus vidas y servicios las
dimensiones características, en el contexto del diálogo profético? Ambos,
el diálogo profético y las dimensiones características se aplican a todos
los miembros de la Congregación. Por eso, un Hermano puede participar en
un grupo de oración bíblica semanal, o promover un sentido de paz y de
justicia entre los miembros de su comunidad.
¿Cómo podrían los Hermanos avanzar en la puesta en práctica del
diálogo profético en sus vidas cotidianas? Echemos una mirada a los
Evangelios. Los mismos nos muestran algunos ejemplos muy expresivos en los
que Jesús va al encuentro de la gente, atraviesa la ciudad (Lc 19, 5), y
se sienta a la mesa con los Publicanos (Mt 9, 10-13). En todos estos
encuentros, Jesús pregunta, escucha, llama a sus interlocutores por su
nombre, y “pierde tiempo” con ellos. Su ejemplo nos inspira a comenzar con
pequeños pasos en la dirección de las personas que buscan la fe, a salir
al encuentro de los pobres y marginados, a encontrar a la gente de otras
culturas y a los seguidores de otras creencias religiosas.
¿Cómo podrían los Hermanos que viven y trabajan más cerca de la gente,
integrar ulteriormente las dimensiones características en el contexto del
diálogo profético? Sabemos que un considerable número de Hermanos trabaja
en el desarrollo humano, en la educación, en actividades pastorales, o
bien en otros apostolados/servicios como la formación, los centros de
salud, de comunicación, etc. Aunque estos servicios sean llevados a cabo
con gran empeño misionero, se debería analizar, cómo los mismos favorecen
la apertura a los buscadores de la fe, a los pobres, a aquellos que
pertenecen a otras culturas y religiones. En otras palabras: ¿cómo están
los Hermanos, a través de sus compromisos misioneros, orientando a los
pobres y marginados a organizarse mejor? ¿De qué manera están sus
actividades pastorales motivando a las comunidades cristianas a ir al
encuentro de los buscadores de la fe, de crear una atmósfera de acogida
para ellos? ¿Pueden decir que su trabajo ayuda a la gente a llevar a cabo
su misión en el mundo, en un espíritu de diálogo profético y de respeto
por aquellos que profesan otras creencias o son de otras culturas?
Como misioneros, los Hermanos deberían ser concientes de que su primer
objetivo en la misión es el de dar testimonio del Reino de Dios. Esto lo
realizan por medio del testimonio de vida comunitaria y del compromiso
misionero con la gente que encuentran en sus actividades cotidianas. Una
consecuencia de este nuevo modo de realizar la misión hoy es la necesidad
de cultivar una apertura de espíritu, una actitud de contemplación de lo
que sucede en el mundo a la luz de la Palabra de Dios.
“Las condiciones cambiadas y cambiantes del actual contexto misionero
hacen más urgente el deber de renovar nuestra respuesta misionera” (EDV 1,
n. 34). En ese sentido, los candidatos Hermanos necesitan una formación
apropiada que les permita encarar los nuevos desafíos y las exigencias de
la misión de nuestro tiempo. Las siguientes orientaciones fueron pensadas
como una ayuda para alcanzar ese objetivo.
3. ANIMACIÓN VOCACIONAL Y PROGRAMAS DE
FORMACIÓN
3.1 Animación vocacional
“La pastoral vocacional sigue siendo una de nuestras responsabilidades
más importantes, especialmente por la escasez de vocaciones en algunas
Provincias, que desde hace algún tiempo es motivo de preocupación entre
nosotros. Sólo un profundo amor a la Iglesia y a la Congregación, junto
con un sincero entusiasmo por nuestro trabajo misionero, impulsarán a
todos los cohermanos a cooperar en este importante asunto, y así pondremos
los fundamentos necesarios para un crecimiento renovado de las vocaciones
religiosas y misioneras. La promoción vocacional directa tendrá sentido y
éxito sólo desde estos supuestos” (Manual del Superior [MS], C-1, 2.0).
En consecuencia, el acompañamiento de las vocaciones no debería ser
solamente la responsabilidad de los cohermanos asignados a esa tarea. Cada
cohermano, sea cual fuere su trabajo, debería comprometerse con la
promoción de vocaciones para la Congregación, por medio de contactos
personales/correspondencia con la juventud, pero, sobre todo, a través de
un buen ejemplo de vida.
Algunas veces, los jóvenes desearían compartir sus sentimientos, dudas
sobre la fe, o solicitar algunos consejos sobre las vocaciones en la
Iglesia. Sería una pena si estuviéramos demasiado “ocupados” con nuestras
actividades pastorales, sociales o educacionales hasta el punto de no dar
la debida atención a estas búsquedas. Hay diversos medios para ayudar a
posibles candidatos a discernir la llamada de Dios: folletos vocacionales,
contactos con los promotores/animadores vocacionales, grupos de reflexión
vocacional y retiros espirituales.
“El posible candidato deberá recibir, desde el primer contacto,
información completa sobre los dos caminos en que se viven la vida y el
servicio religioso misionero en nuestra Congregación: como Hermano o como
Sacerdote” (MS, C-1, 4.1).
Con respecto a la vocación del Hermano, “ciertos factores históricos,
religiosos y sociales hacen que la vocación del Hermano aparezca
desubicada en el tiempo actual. Debemos ayudar a que se comprenda que la
vocación del Hermano tiene sus raíces en el espíritu del Evangelio y
satisface muchas de las aspiraciones de la juventud actual” (Testimoniando
al verbo [TV] 7, doc. IV, n.2).
La importancia de la vocación del Hermano proviene de la naturaleza
intrínseca del ser Hermano. Por eso, su valor no está en relación a la
vocación sacerdotal, sino, según el Concilio Vaticano II (Perfectae
Caritatis 10), en sí misma, como una expresión genuina de la vida
consagrada, una “vocación completa”.
Puesto que la vocación del Hermano es poco conocida y, menos aún,
comprendida entre los fieles, deberíamos llevar a cabo serios esfuerzos
para familiarizar a la gente con la misma. Un modo de hacerlo es dando
ejemplos concretos de Hermanos verbitas a candidatos potenciales, a través
de entrevistas personales con ellos o por medio de artículos y folletos
que traten de su vocación.
3.1.1 Objetivos
El objetivo general es acompañar al candidato en su discernimiento
vocacional y ayudarlo a tomar una decisión madura con respecto a la vida
religioso-misionera como verbita. Por eso, se hace necesario lo siguiente:
- Reflexionar sobre la propia vocación a la misión de la Iglesia y de
la Congregación.
- Estar dispuesto a crecer en la dimensión humana y en la vida
espiritual.
- Llegar a una comprensión inicial y aprecio por la vida religiosa y
misionera en general y por la SVD en particular.
- Clarificar su propia opción e idoneidad para unirse a la SVD.
- Ahondar su creciente relación con Dios.
- Entender y valorar las diversas maneras en que la Iglesia realiza su
misión.
3.1.2 Medios
- Contacto permanente y regular con el candidato a través de la
correspondencia o por otros medios, incluyendo encuentros personales.
- Acompañamiento personalizado.
- Ofrecimiento de contactos con las comunidades verbitas donde sea
posible.
- Organización de campamentos vocacionales y retiros.
- Uso de folletos vocacionales, calendarios, boletines informativos,
etc., como medios de información e inspiración.
- Conocimiento de la familia del candidato, desarrollando una relación
de confianza con la misma, además de abordar temas relacionados con la
SVD y la vida religioso-misionera.
- Participación del párroco y de otras personas de la comunidad
eclesial en la evaluación del candidato, con vistas a su opción por la
vida religioso-misionera.
Para mejorar la animación vocacional con respecto a la vocación del
Hermano, es aconsejable intercambiar informaciones y algunos materiales
didácticos relacionados con la animación/pastoral vocacional entre las
diferentes provincias y regiones, por ejemplo, a través del e-mail.
Se recomienda la participación regular de algunos Hermanos en votos
perpetuos en la animación vocacional. Se sugiere además que los Hermanos
en votos perpetuos visiten las casas de formación de vez en cuando. En la
medida de lo posible, un Hermano debería formar parte del equipo de
animación vocacional.
3.2 Pre-Noviciado
3.2.1 Propedéutico
En algunas Provincias, “a veces se requiere de un año de formación
introductoria antes de la filosofía, o de la universidad o su equivalente.
A veces, esto se denomina “año propedéutico”. Si bien se puede considerar
como parte del programa de la formación de pre-noviciado, este año no
deberá ser tenido como un año de postulantado” (MS, C-2, 2.3). Sin
embargo, en algunas provincias/regiones, el propedéutico está integrado en
el postulantado.
3.2.2 Postulantado
“En las Provincias donde la filosofía, la universidad o su equivalente
precede al noviciado, el postulantado se suele integrar al último año o
medio año del programa de pre-noviciado…” (MS C-2, 2.2). En algunas
provincias y regiones el programa del postulantado para los Hermanos se
hace en común con los candidatos clérigos. La duración de esta etapa varía
de una provincia a otra.
El postulantado es un período en el cual se ayuda al postulante a
alcanzar un discernimiento más realista acerca de su vocación. Una vez
llegado a esa decisión, el postulante debería expresar su deseo de
continuar hacia las etapas siguientes de su formación.
El énfasis del programa del postulantado verbita está en el crecimiento
del postulante en su aspecto psico-emotivo. Con todo, los otros aspectos
de la formación religiosa (humano, espiritual, académico y pastoral)
también son abordados. El aspecto psico-emotivo es considerado de suma
importancia, ya que el mismo constituye una de las bases esenciales para
tomar una decisión libre y madura en lo que atañe a su propia vida como
religioso-misionero. Se debería poner un énfasis especial sobre el estudio
y la reflexión de la psicología humana. Para ello, apropiadas
conferencias, dinámicas de grupos, tests y entrevistas personales con un
profesional son medios valiosos. En ese contexto, la sexualidad humana y
la afectividad también deberían ser abordadas. Se tendría que ofrecer una
orientación adecuada al candidato que necesite ayuda en este asunto.
Todas estas actividades deberían ayudar a los candidatos verbitas a
alcanzar un mejor conocimiento y aceptación de sí mismos. Deberían
desarrollar aptitudes y capacidades en las relaciones interpersonales, en
vista de nuestra vida comunitaria y apostólica. Señales de dificultades
emotivas deberían ser identificadas y tratadas adecuadamente. Este
abordaje profesional, junto con una apropiada ayuda espiritual, permitirá
a los candidatos lograr un mejor discernimiento de su vocación.
En esta etapa, el candidato es introducido a la vida comunitaria
verbita. Se trata de un tiempo de discernimiento, tanto por parte del
candidato como por parte de la Congregación, respecto a su aptitud para
tornarse un verbita, ya sea como Sacerdote o como Hermano. Sería mejor que
el candidato se decidiera, ya en esta etapa, si quiere ser Sacerdote o
Hermano. La razón de esto es la necesidad de una orientación más clara del
candidato Hermano, especialmente en relación a su formación profesional.
También facilitará el proceso de discernimiento del candidato Hermano (ver
también 3.2.2, apartado 3. Establecimiento de un proyecto personal de
formación del Hermano).
El programa de formación en el postulantado podría ser resumido en tres
palabras: INTEGRACIÓN (vida comunitaria, aceptación de sí mismo y de los
otros), ESPIRITUALIDAD (vida espiritual, discernimiento) y ESTUDIO (mejora
del nivel académico y estudios). Considerando nuestro carisma, marcado por
la internacionalidad, se recomienda el estudio de una de las lenguas
oficiales de la Congregación (o una segunda, si ya se habla una de ellas).
3.2.2.1. Objetivos
- Discernir su propia vocación.
- Crecer en el auto-conocimiento, en la aceptación de sí mismo y de
los otros.
- Superar las deficiencias de los años anteriores en lo que respecta
al nivel educacional, espiritual, humano e intelectual.
- Hacer la experiencia de la comunidad verbita y comprender mejor la
naturaleza de la vida religioso-misionera.
- Familiarizarse con la historia, carisma y espiritualidad de la
Congregación.
- Prepararse para las etapas ulteriores de la formación y de los
estudios académicos.
- Aprender una de las lenguas oficiales de nuestra Congregación.
3.2.2.2. Medios
- Ejercicios espirituales (Eucaristía diaria, oración, meditación,
compartir la Palabra en grupos bíblicos y compartir su propia fe).
- Conferencias y orientaciones relacionadas con el aspecto psico-emotivo
y la sexualidad.
- Fomentar buenas relaciones con los superiores, con otros cohermanos,
con las mujeres y los hombres en general, etc.
- Clases regulares sobre: la historia de la SVD, espiritualidad
verbita, biografías de San Arnoldo Janssen, de San José Freinademetz y
de la Beata María Helena. Además, se debería tener clases sobre la
historia de las SSpS, y de las SSpSAP; Introducción a la Biblia (Antiguo
y Nuevo Testamento); acompañamiento psico-espiritual; psicología;
liturgia; nociones básicas de informática; estudio de lenguas.
- Servicios pastorales (pastoral juvenil, catequesis, pastoral de la
salud, etc.).
- Adquisición de una conciencia gradual de la misión SVD, de sus
actividades, tener contactos directos con algunos cohermanos que puedan
compartir sus experiencias.
- Entrevistas personales con el director del Postulantado y
evaluaciones regulares.
- Dirección espiritual.
- Trabajo manual, deportes.
3.2.2.3 Un proyecto personal para el candidato Hermano
Resulta difícil establecer un programa general para todos los Hermanos,
considerando la diversidad de intereses, especialmente en relación a las
profesiones y también al nivel de los estudios de cada uno. Algunos entran
en nuestra Congregación con una formación profesional específica; otros,
aún, deben elegirla y cursar los estudios correspondientes.
Es necesario un proyecto personal para los candidatos Hermanos
allí donde constituyen una minoría, por ejemplo, viviendo entre una
mayoría de estudiantes clérigos. Incluso donde los candidatos Hermanos se
formen separadamente de los candidatos clérigos, es aconsejable establecer
un proyecto personal para cada uno, debido que, a menudo, su formación
profesional difiere de unos a otros.
Este proyecto se hace indispensable para contrarrestar la tendencia de
orientar a todos los candidatos verbitas por el mismo camino formativo (currícula).
Por ejemplo, todos hacen la filosofía, sin tener en cuenta que algunos ya
han optado por ser religiosos de una manera particular, como Hermanos.
Dicho proyecto es importante para el candidato Hermano, ya que ofrece un
plan a seguir, un punto de referencia para evaluaciones y un estímulo para
desarrollar sus talentos en el contexto de la vida y misión SVD. Además,
capacita al joven candidato a crecer en confianza y estima por su
vocación.
El proyecto personal es una especie de “hoja de ruta” para el candidato
Hermano, en el cual se tienen en cuenta sus talentos, preferencias,
aptitudes, así como las prioridades de la Congregación (ver Co. 515,1 y
EDV 1, n. 104). Esto requiere de un acompañamiento personal al candidato,
tomándolo seriamente y haciéndolo protagonista de su formación.
Aunque este proyecto personal se inicia en la primera etapa de la
formación, cuando el candidato expresa su deseo de ser un Hermano,
es aconsejable que se dé continuidad al mismo en otras etapas de la
formación del Hermano. El prefecto/director de los Hermanos, en
colaboración con el candidato, establecerá y presentará el mencionado
proyecto a la comisión de la formación o a la autoridad competente para su
aprobación.
3.2.3 Formación teológica
Un Hermano verbita es un religioso-misionero y un servidor, sensible a
los sentimientos y a las necesidades de los otros. Como miembro de la
Iglesia, da un vivo testimonio del Evangelio. Para la adecuada
proclamación del Evangelio, es indispensable la familiaridad con las
Sagradas Escrituras y con algún estudio formal de Teología. Por eso, es
menester que cada Hermano ahonde la comprensión del mensaje cristiano y lo
articule en su vida.
“Además de la formación profesional, se debe ofrecer a los Hermanos una
correspondiente formación teológica y misionológica básica, de modo que
puedan profundizar en su propia vocación y trabajar en catequesis y
pastoral” (Co. 515.2).
Al iniciar el programa de formación del Hermano, cada candidato, con la
ayuda del director provincial de la formación de los Hermanos, establecerá
un programa de estudios teológicos. Normalmente, se requiere un período de
1-2 años para cubrir las áreas básicas de teología.
En algunas provincias, esta formación teológico-religiosa viene
después de la formación profesional. Siguiendo la actual tendencia de
varias provincias y regiones, es aconsejable hacerla antes de
encarar los estudios profesionales, salvo que existan importantes razones
en su contra. Donde sea posible, los Hermanos deberían hacer su formación
teológica en institutos que provean este tipo de formación para religiosos
y laicos.
Se sugiere además que, durante los estudios teológicos, cada Hermano
mantenga un contacto regular con su interés profesional, ya sea a
través de lecturas específicas o a través de trabajos prácticos
relacionados con el mismo. Esto es especialmente relevante para aquellos
candidatos Hermanos que ingresan a la SVD con un diploma profesional.
Los formadores deberían prestar atención al hecho de que los candidatos
Hermanos pueden tener horarios y actividades diferentes de los candidatos
al sacerdocio. De este modo, no siempre podrán participar en todas las
actividades comunitarias. Por esta razón, debería existir la
correspondiente comprensión y flexibilidad de parte de los formadores y de
la comunidad hacia los candidatos Hermanos en este punto. Por otra parte,
los candidatos Hermanos deberían ser concientes de su libertad para
gestionar bien sus estudios académicos/actividades. Esta observación
también se extiende a los Hermanos juniores (Hermanos en votos
temporales), que hacen su formación profesional o su experiencia práctica/OTP.
3.2.3.1 Objetivos
- Ahondar en su propia vida espiritual y en su amor por la persona de
Cristo.
- Ensanchar sus conocimientos académicos e intelectuales.
- Crecer como persona en distintos niveles.
- Integrar el propio conocimiento con la práctica pastoral.
3.2.3.2 Medios
Entre las diferentes asignaturas, recomendamos las siguientes para la
formación teológica:
- Moral cristiana y doctrina social de la Iglesia.
- Teología de la vida consagrada.
- Teología Bíblica.
- Misionología, Ecumenismo.
- Teología pastoral y catequesis.
- Sociología, psicología, antropología religiosa y ciencias políticas.
3.3 Noviciado
El noviciado es un tiempo oportuno para un profundo discernimiento,
durante el cual el novicio es orientado a clarificar mejor su vocación.
Constituye, además, un tiempo propicio para cimentar sólidas bases en la
vida religiosa y misionera. El novicio aprovechará este tiempo para
discernir y confirmar su opción con respecto al modo de servir al Señor en
la Congregación, es decir, como Hermano o como Sacerdote.
“En principio, en nuestra Congregación, Hermanos y clérigos hacen el
noviciado en común. Donde el noviciado dura dos años, se hará en común por
lo menos el año exigido por el Derecho Canónico. De presentarse
dificultades en contra, podrá hacerse también por separado” (Co. 512.8).
3.3.1 Objetivos
“El noviciado sirve para madurar y esclarecer
la vocación. Ofrece una introducción básica para vivir el seguimiento de
Cristo, tal como se encuentra delineado en la vida y la espiritualidad de
nuestra Congregación y expresado en nuestras Constituciones. De ese modo,
abre el camino para un seguimiento cada vez más estrecho. A través de una
viva unión con el Verbo Divino y de la vida en comunidad, el novicio
deberá llegar a un mejor conocimiento de sí mismo y de la Congregación, de
manera que pueda tomar una decisión responsable y madura acerca de su
vocación” (Co. 512).
3.3.2 Medios
- Eucaristía diaria y oraciones comunitarias; meditación de las
Sagradas Escrituras; lectura espiritual y participación en grupos
bíblicos en el seno de la comunidad.
- Jornadas de reflexión y retiros espirituales.
- Vida cotidiana según los consejos evangélicos.
- Puesta en práctica del orden del día y de la libertad frente a
cosas/personas; integración de la soledad/silencio; práctica del
servicio en la comunidad; creación de relaciones fraternas.
- Cultivo de la espiritualidad misionera, acogida de las experiencias
de algunos misioneros.
- Estudio de la historia, de las Constituciones y del carisma de la
SVD, así como de la espiritualidad cristiana.
- Reflexión personal; apoyo psicológico; dirección espiritual;
corrección fraterna.
- Evaluación comunitaria, reflexión compartida sobre la experiencia
del noviciado.
- Trabajo manual, deportes.
3.4 Post-Noviciado
3.4.1 Votos temporales
“Los años de votos temporales ayudan al
ulterior desarrollo de la vida espiritual. Sirven para disponer a los
cohermanos a responder mejor a las exigencias que Dios les hace por medio
de los consejos evangélicos y a ver más claramente las posibilidades de
trabajo que les ofrece la Congregación. A lo largo de estos años, cada
cohermano debe crecer en la convicción de que logrará su realización
humana, siguiendo su vocación misionera y religiosa. De esta manera,
durante este tiempo debería afianzarse el progresivo crecimiento en la
autoconfianza y equilibrio, en la capacidad de vivir y trabajar en
comunidad, en el espíritu de fe y de disponibilidad misionera” (Co. 513).
Este es un período de crecimiento continuo. Como religioso y misionero
verbita, un Hermano en votos temporales debería integrar de modo armonioso
en su vida la oración personal, la meditación, el examen de conciencia, la
lectura bíblica y la lectura espiritual. Debería participar regularmente
en la oración comunitaria y en la liturgia. Además, debe tener un director
espiritual, cercano a su comunidad, de modo que lo pueda encontrar en
forma regular.
Al designar a un Hermano en votos temporales a un determinado lugar, se
requiere que allí haya una comunidad viva, que ofrezca a este joven un
ambiente adecuado para que pueda ir creciendo de un modo dinámico.
Implica, además, que dicha comunidad muestre respeto por su persona, le dé
una dirección firme y lo cuestione cuando sea necesario. Esta comunidad
debe tener una oración regular, promover el crecimiento espiritual, la
apertura y la comprensión.
El prefecto de los Hermanos en votos temporales deberá encontrarse
regularmente con cada Hermano. Asimismo, debería encontrarse con los
responsables locales de la formación de los Hermanos, a fin de conocer
mejor sus progresos y dificultades. Debería hacerse una evaluación anual
del desempeño de los Hermanos por parte del director de la formación de
los Hermanos, de los responsables locales de esta formación y de cada
Hermano en cuestión.
3.4.2 Formación profesional
“La participación del Hermano en el apostolado es directa, orientada
hacia la gente, y lo insta a asumir más bien un papel de liderazgo. Si
bien habrá que seguir estimulando los servicios que prestaba a través de
los oficios tradicionales, la educación del Hermano debe tomar en
consideración tanto la mayor variedad de sus opciones y ministerios, como
también el nivel profesional que se exige hoy” (ver Analecta SVD 70/2,
1995, pág. 93). Mientras se acentúa la formación profesional del Hermano,
no se tendría que olvidar que su preparación debe “responder a las
exigencias del país y tener en cuenta la finalidad misionera y el carácter
internacional de nuestra Congregación” (Co. 503).
Existe también la posibilidad para los candidatos Hermanos de hacer su
formación profesional en otro país, como recomendó el XIV Capítulo
General: “Con el fin de afianzar el carácter internacional de la
Congregación y ampliar horizontes, debería continuarse la práctica de
enviar, después del noviciado, a Hermanos y seminaristas a otros países
para continuar su formación teológica o especialización* profesional” (En
las Huellas del Verbo [HV] 5, 5.9).
* NB: el texto original (en inglés), menciona aquí professional
training (formación profesional), lo que no es lo mismo que
especialización/estudios superiores (cf. FW 5, 5.9).
3.4.2.1 Objetivos
- Adquirir sus aptitudes profesionales.
- Crecer en autoestima y confianza en sí mismo.
- Ensancharse en su vocación religioso-misionera como un Hermano
verbita.
3.4.2.2 Medios
- Estudios en una Facultad o Instituto reconocido.
- Estudio/debate sobre documentos de la Iglesia con respecto a la vida
religiosa, además de los documentos de la SVD.
- Ejercicios espirituales (meditación, lectura de la Biblia, jornadas
de reflexión, retiros espirituales, orientación espiritual).
- Desarrollo del sentido de pertenencia a una comunidad particular y
de la participación activa en ella.
- Práctica del diálogo con gente de otras creencias y culturas.
- Orientación del rector/praeses de su comunidad o del superior de
distrito; continuación del proceso de discernimiento teniendo en cuenta
la preparación al compromiso definitivo con el Señor en la Congregación.
- Autoevaluaciones periódicas.
- Contacto regular con el prefecto de los Hermanos en votos temporales
y/o con el director de la formación de los Hermanos, asimismo con el
director espiritual.
Puede suceder que un Hermano entre en la Congregación con un diploma
universitario o con otro tipo de capacitación. En esta etapa de
los votos temporales, el Hermano que se halla en estas condiciones,
ejercerá de inmediato su profesión, dentro o fuera de las estructuras
verbitas. Adonde sea que trabaje, debería residir en una comunidad
verbita, puesto que la misma forma parte integrante de su formación
religiosa.
3.4.3 OTP/PFT
“En todas las etapas de su formación, los Hermanos dedican parte de su
tiempo a actividades sociales y apostólicas bajo la dirección de un guía.
Se anima fuertemente a que durante su formación tengan la posibilidad de
hacer una experiencia en otro ambiente cultural o un destino misional
temporal” (Co. 515.3).
El Hermano también podría optar por una experiencia formativa fuera de
su cultura, en otra provincia o país a través del Programa de Formación
Transcultural (PFT). Por su naturaleza, el OTP/PFT debería ser una
opción hecha libremente por el candidato. La solicitud debería ser
dirigida al director de la formación de los Hermanos, ser discutida en el
consejo local y ser sometida al consejo provincial para su ulterior
discusión/aprobación.
La idea principal del PFT es la de dar a nuestros Hermanos juniores
la oportunidad de hacer una experiencia concreta de nuestra vida
misionera, fuera de su propio ambiente socio-cultural y de vivenciar el
carácter internacional/intercultural de la SVD. Es un período en el cual
el solicitante tiene la oportunidad de vivir concretamente la experiencia
del carisma de nuestra comunidad, de confirmar, de reforzar y de evaluar
sus convicciones misioneras en un contexto apostólico particular.
3.4.3.1 Objetivos
- Permitir al Hermano hacer una experiencia concreta de vida y trabajo
en nuestras comunidades y misiones, en un contexto socio-cultural
diferente al suyo.
- Ayudar al Hermano a madurar en su vocación misionera.
- Desarrollar los talentos del Hermano y estimular su realización
personal en su vocación religioso-misionera.
- Promover buenas relaciones entre las provincias/regiones, así como
cultivar nuestro carisma marcado por la internacionalidad y la vida
multicultural.
- Apreciar la nueva cultura, adquirir un buen equilibrio emocional por
medio del conocimiento/experiencia de las realidades del país, en el
cual el Hermano se encuentre haciendo su PFT/OTP.
Antes de hacer el PFT, el Hermano debe:
- Ser estable en su vocación.
- Tener un apropiado nivel de madurez emocional y espiritual.
- Disponer de buena salud.
- Disponer de suficientes talentos o conocimientos profesionales.
3.4.3.2 Ministerio
El ministerio/servicio del Hermano durante su PFT debería ser:
- Un aporte al trabajo misionero de la provincia/región que lo recibe.
- Una oportunidad para que el Hermano pueda ejercer su profesión.
- Una experiencia temporal de su rol en el trabajo misionero de la
Congregación.
- Un contacto directo con las nuevas realidades profesionales en otra
cultura.
3.4.4 Experiencia práctica
Como fue mencionado anteriormente, el PFT es una opción abierta para el
Hermano junior, que la elige, previa consulta con sus formadores. En lugar
de hacer esta experiencia fuera de su cultura de origen, el Hermano junior
podría hacer una experiencia práctica en su propia provincia/región
o país (por 1-2 años), después de haber terminado su formación
profesional. Esta iniciativa le serviría para consolidar el dominio de sus
talentos y aptitudes en el área o campo de trabajo de su
profesión/capacitación, a crecer en su autoestima y en la confianza en sus
capacidades.
Deberíamos tener presente que, durante esta etapa, el Hermano junior
está todavía en votos temporales, siguiendo su formación inicial. Por tal
motivo, la comunidad a la cual haya sido enviado tiene el deber de proveer
un ambiente formativo y de ayudarlo en la organización de su
programa/orden del día. Tendría que existir un sano equilibrio entre su
trabajo y otras actividades comunitarias.
3.4.4.1 Objetivos
- Facilitar al joven Hermano (equivalente, en este cuaderno, al
estatus de Hno. junior o Hno. en votos temporales), lo necesario para
tornarse más seguro en sus aptitudes profesionales.
- Aprender a lograr un buen equilibrio entre el trabajo, la vida
comunitaria y la vida espiritual.
- Permitir a los formadores, así como a otros miembros de la
Congregación, alcanzar una mejor apreciación de las capacidades
profesionales del Hermano y de su vida comunitaria.
3.4.4.2 Medios
- Adecuada ubicación/destino del Hermano junior para su experiencia
práctica, dentro o fuera de las estructuras verbitas.
- Acompañamiento del joven Hermano por una persona con experiencia en
el campo elegido.
- Investigación permanente en su profesión, a través de libros,
revistas y otros medios.
- Animación y apoyo de la comunidad, a través de su interés en el
trabajo del joven Hermano.
3.4.5 Votos perpetuos
El Hermano junior, en esta fase, habrá renovado regularmente sus votos
temporales dentro del plazo previsto por nuestras Constituciones.
Plenamente consciente de su proceso de crecimiento a lo largo de los años
en votos temporales, el joven Hermano se prepara ahora para hacer su
compromiso religioso-misionero definitivo con el Señor, por medio de la
profesión de los votos perpetuos en la SVD.
3.4.5.1 Objetivos
“La preparación inmediata a los votos perpetuos
debe hacerse bajo una dirección espiritual adecuada. Una concienzuda
regularidad en la oración y meditación, en la lectura de la Biblia y en la
celebración eucarística, deben afianzar ahora a los cohermanos en su
respuesta a la llamada del Señor. De esta manera, se les ayuda a tomar la
decisión definitiva de dedicarse de por vida al Verbo Divino y así
cooperar en Su obra de salvación” (Co. 514).
- Integrar las diferentes experiencias y valores encontrados durante
la formación inicial.
- Integrar la propia vida emocional y afectiva en su compromiso
religioso-misionero.
- Evaluar la capacidad de afrontar situaciones difíciles y diferentes
tipos de relaciones, como un modo de establecer la propia aptitud para
vivir en comunidad.
- Apreciar y consolidar sus propios talentos en varios ministerios o
servicios.
- Afirmar su propia capacidad y fidelidad para vivir los votos de
pobreza, castidad y obediencia.
3.4.5.2 Medios
“Los cohermanos pasarán el tiempo de
preparación a los votos perpetuos en una casa de la Congregación donde
haya condiciones para una cabal formación y preparación. La preparación a
los votos perpetuos dura entre seis y doce meses” (Co. 514.1).
- Conferencias, reflexiones y estudios sobre el significado del
celibato, de la pobreza, y de la obediencia.
- Reflexión sobre las Constituciones SVD y otros documentos relevantes
de la Iglesia para la vida religiosa.
- Retiros y jornadas de reflexión.
- Dirección espiritual regular, reflexión / meditación y oración
personal.
- Participación activa en la vida comunitaria.
- Orientaciones apropiadas con respecto a su primer destino misional a
la luz de las capacidades del candidato, de las necesidades de la
Iglesia y de la Congregación.
3.4.6 Primer destino misional
“En cumplimiento de nuestro cometido misionero,
quien se una a nuestra Congregación debe estar dispuesto a ir adonde el
Superior lo envíe, aunque esta destinación le exija la renuncia a su
patria, idioma y ambiente cultural” (Co. 102).
“Los cohermanos reciben su primer destino,
habitualmente, al ser admitidos a los votos perpetuos. Ellos mismos
exponen al Superior su parecer acerca del lugar y tareas para las que se
consideran más capacitados. El Superior General les asigna su campo de
trabajo de acuerdo a su salud, sus talentos e inclinaciones personales” (Co.
116.1).
“En consonancia con las características de nuestra Congregación, los
cohermanos son asignados a las diversas Provincias según el principio de
una internacionalidad relativa” (Co. 116.2). En ese sentido, a través de
nuestras comunidades internacionales e interculturales damos un valioso
testimonio del Reino de Dios (cf. EDV 1, no. 48). Por esta razón, animamos
a aquellos que han hecho toda su formación en sus provincias/regiones de
origen, a solicitar su primer destino misional en otra provincia o país.
A veces, por razones excepcionales, es aconsejable que un Hermano, que
ha sido previsto para una tarea especial en su provincia de origen, tenga
la oportunidad de hacer una experiencia misionera en otro país por un
periodo de tiempo limitado.
Teniendo en cuenta que los Hermanos están llamados a dar su
contribución misionera principalmente a través de su profesión, es
aconsejable que realmente puedan ejercerla, ya que han sido preparados
para ello. Por ejemplo, un Hermano carpintero no debería ser designado a
una provincia/región, donde este servicio no sea necesario o no existan
los medios para ejercerlo.
Primer destino: procedimiento para la solicitud
(C-21, 1.0-4.0)
1.0 Disponibilidad total para la Iglesia y la Congregación.
“Los primeros destinos siempre han sido expresión de nuestra
vocación específica, [...] por parte de los cohermanos prontos ‘a ir
adonde el Superior los envíe’ (Co. 102) [...] no somos nosotros mismos
quienes nos damos la destinación misionera. La recibimos directamente
de la Congregación y, por mediación de ésta, de la Iglesia. Imponer la
propia voluntad a los superiores equivaldría a distorsionar el sentido
de nuestra profesión religiosa y vocación misionera. De ahí que la
disponibilidad sea la actitud misionera más elemental y básica de
nuestra institucionalidad. Así lo recalcan reiteradamente nuestras
Constituciones” (Nuntius XIII, pág. 390, 2). En nuestra
Congregación la solicitud del primer destino misional debe ser
considerada como un ejercicio de solidaridad y corresponsabilidad para
con el bienestar y el desarrollo de nuestra comunidad religiosa
misionera (Co. 603).
2.0 Cualidades del proceso.
2.1 Diálogo. La asignación del
primer destino tendrá lugar en un ambiente de diálogo que implica el
respeto de los superiores a la dignidad personal de cada cual, y el
respeto de éstos a esa misma dignidad personal mediante su iniciativa
y celo por lograr los objetivos de la Congregación, como asimismo su
prontitud en aceptar la legítima autoridad de nuestros superiores (Co.
602, 217 y 218).
2.2 Veracidad. Es importante que los
cohermanos hagan saber a sus superiores su situación manifestando:
2.2.1 su estado de salud,
2.2.2 sus inclinaciones y capacidades
personales,
2.2.3 para qué tipo de trabajo se sienten
más aptos,
2.2.4 su capacitación académica o
profesional, campos de especialización, títulos o certificados
obtenidos, etc. (Co. 116.1; 517).
2.3 Franqueza. Los nuestros han de
ser francos y confiados al hacer su solicitud de destino. La falta de
sinceridad y franqueza al expresar las verdaderas preferencias y
reales aversiones personales implican un serio error y sólo conducen a
desorientar a los superiores y a cuantos concurren al proceso de
destinación. Asimismo, es importante exponer por igual las propias
preferencias y los rechazos. Facilita la labor de los superiores el
hacerles saber en qué lugares el interesado no desea ejercer su
ministerio (Co.116.1, 218 y 219).
2.4 Flexibilidad. La disponibilidad
y la adaptabilidad son elementos necesarios para posibilitar una
planificación racional en la Congregación. (Nuntius XI, pág.
412, 5).
3.0 Indicar tres opciones distintas. (Nuntius XIV, pág. 340)
3.1 El solicitante puede optar por una
provincia específica si tiene motivos definidos para ello, como el
haber (hecho) realizado allí el PFT, el haber desarrollado un especial
interés durante los años de formación, etc.
3.2 La opción puede ser por un país, más
bien que por una provincia, cuando aquél tenga varias provincias (como
Brasil, Filipinas, Alemania) o cuando no sea parte de un área
idiomática mayor (como Angola, China, PNG, etc.).
3.3 Resulta más fácil para el Generalato
asignar los destinos si el solicitante, en lugar de optar por una
provincia en particular, solicita un área idiomática, por ejemplo,
África de habla francesa o inglesa, o América Latina de habla española
o portuguesa. Esta apertura y flexibilidad han sido de gran ayuda para
la distribución del personal disponible de acuerdo a las necesidades
existentes”.
Al dar los primeros destinos misionales, el Generalato tiene
especialmente en cuenta lo que a continuación se encuentra en el
Manual del Superior (C-21, 4.1-4.5), a saber:
“La Congregación necesita cohermanos dispuestos a comprometerse en
ciertas áreas específicas de nuestra misión SVD hoy, como son:
formación (inicial y permanente), promoción vocacional,
comunicaciones, educación (escuelas, colegios, universidades),
institutos de investigación SVD (institutos antropológicos y
misionológicos), finanzas y/o administración.
Los solicitantes interesados en estas áreas deben expresar las
razones de sus preferencias e indicar sus talentos personales e
intereses en la línea de las preocupaciones básicas de la Congregación
arriba mencionadas.
Dado que no siempre se podrá conceder la primera opción, el
cohermano deberá estar dispuesto a aceptar otro destino si así se le
pide. Los voluntarios para el primer destino deben entender que tienen
la misma oportunidad de recibir tanto la tercera opción como la
primera. Nadie debe disgustarse por recibir el destino que manifestó
como su tercera preferencia (Nuntius XIII, pág. 430).
El Generalato por lo general consultará al interesado antes de
destinar a alguno de los nuestros a un país o ministerio no expresados
en su solicitud. Esto no se hará, sin embargo, cuando se lo destine al
propio país natal (Nuntius XI, pág. 412, 5).” Para ulteriores
orientaciones acerca del primer destino misional y sus procedimientos,
vea también MS, C-21, 5.0-6.5. |
3.4.7 Formación permanente
“Los cambios en el mundo y en la Iglesia, en la ciencia y en la
teología, así como la evolución que cada uno experimenta en las diversas
etapas de su propia vida, exigen de cada cohermano y de cada comunidad un
estudio constante, una formación profesional permanente y una maduración a
lo largo de toda la vida” (Co. 520).
El crecimiento es tarea de toda una vida (Co. 501), es permanente,
porque “nosotros no llegamos jamás a la meta y siempre nos encontramos en
camino” (Co. 523). La formación permanente/continua y la actualización en
su propia profesión son la responsabilidad y el deber de cada verbita (Cf.
Analecta SVD 70/2, 1995, pág. 93).
La formación permanente se construye teniendo presente la formación
inicial. De hecho, existe una continuidad natural entre una y otra. En ese
sentido, durante el tiempo de los votos temporales, los Hermanos juniores
tienen la oportunidad de participar en talleres y encuentros organizados a
nivel distrital o provincial. Esta etapa, que dura toda la vida, debería
ser vista como las dos caras de una misma moneda: primero, es tarea y
responsabilidad de cada uno (a través de lecturas, participación en
talleres, conferencias y otros medios). Desafortunadamente, muchos
Hermanos están demasiado “ocupados”, de modo que apenas aprovechan estas
oportunidades. Se debería mejorar esta situación.
En segundo lugar, la formación permanente es confiada a la
responsabilidad de las provincias y regiones, que, a través de sus
superiores y otras personas idóneas, deberían garantizarla. El XIII
Capítulo General (1988) recalca que “cada provincia debería tener un
programa de formación permanente” (cf. HV 1, III tópicos especiales
sobre la formación, F. Formación Permanente, p. 73). El director de la
formación de los Hermanos debería cooperar en la formulación de este
programa y en estimular a más Hermanos idóneos a emprender estudios
superiores. El Terciado constituye otra posibilidad para la renovación
personal, cuya participación debería ser promovida (cf. MS, C-25).
3.4.8 Especialización
“Los servicios especializados y prioridades de la misión de la
Congregación exigen personal especializado, por lo que los estudios
superiores deben ser considerados parte esencial de la preparación para la
misión. En consecuencia, los superiores deben alentar a cohermanos, que
reúnan los talentos y cualidades requeridos, a que aspiren a estudios
superiores” (MS, C-23, 1.0).
4. LOS RESPONSABLES DE LA FORMACIÓN DEL
HERMANO
4.1 El Candidato Hermano
El candidato Hermano es, por supuesto, el primer responsable de su
formación. Por consiguiente, debería participar activamente en su proceso
formativo. Su cooperación incluye un crecimiento en los aspectos humanos,
espirituales y académicos. “Es tarea de toda una vida y responsabilidad
que incumbe, por igual, al individuo y a la comunidad” (Co. 501).
4.2 El Animador Vocacional
El director/animador vocacional debería ser un cohermano en votos
perpetuos que manifieste alegría en su vida y empeño misionero en la SVD.
Debería tener el interés y la capacidad de trabajar con los jóvenes y
saber evaluar bien la idoneidad de potenciales candidatos para la SVD. Su
labor, ante todo, será la de conocer y animar la fe viva de aquellos
jóvenes que encuentre en su camino. También se esmerará en conocer mejor a
las familias de potenciales candidatos verbitas. Su tarea es la de
promover/despertar vocaciones misioneras, particularmente las vocaciones
de Hermano y Sacerdote para la Iglesia y la SVD. Debería ser capaz de
trabajar en equipo con otros cohermanos, especialmente con los formadores,
y ser responsable de su trabajo ante el Superior Provincial y su Consejo.
4.3 Prefecto de los Hermanos en votos
temporales
El papel del Prefecto de los Hermanos en votos temporales es el
siguiente:
- Encontrarse de forma individual con cada Hermano al comienzo del
programa previsto en el proyecto personal para considerar evaluaciones
previas y para planificar pasos sucesivos.
- Reunirse con el (los) Hermano(s) al comienzo de cada nuevo año de
votos para fijar objetivos y para discutir otros asuntos relacionados
con su formación.
- Tener un encuentro periódico con cada Hermano en votos temporales.
- Facilitar la participación del Hermano en experiencias
prácticas/pastorales.
- Asistir a cada Hermano en el proceso de discernimiento de su
profesión.
- Organizar la evaluación anual de cada Hermano en votos temporales.
- Intercambiar ideas con el (los) Hermano(s) acerca de las
oportunidades para hacer el retiro espiritual anual.
- Asistir al Hermano (o al grupo de Hermanos) en la formulación de su
programa teológico.
- Proveer una adecuada orientación y evaluación, al menos anualmente,
de las actividades pastorales/sociales.
- Acompañar la planificación y evaluación de la preparación a los
votos perpetuos.
- Asegurarse de que se establezca un apropiado programa de formación
espiritual.
- Asistir/ayudar en la selección de los acompañantes locales.
4.4 Superior Local
El papel del Superior Local lo señalamos a continuación:
- Goza de todos los derechos y obligaciones señaladas en las
Constituciones y sus directorios (cf. Co. 636).
- Tiene que ser consultado acerca de las actividades que el joven
Hermano desarrollará fuera de la comunidad (por ejemplo: actividades
pastorales, servicios sociales, experiencias prácticas).
- El superior también proveerá de manera regular el dinero “de
bolsillo” para el joven Hermano y velará para que use responsablemente
otros fondos de la comunidad.
- Tiene derecho de recibir un informe del joven Hermano
correspondiente a las actividades que lleve a cabo.
4.5 Acompañante Local
Cuando un cohermano en votos perpetuos ha aceptado la tarea de
acompañar a un joven Hermano en el lugar de su experiencia
práctica/pastoral, o de estudios profesionales, su labor implica, sobre
todo:
- Disponibilidad para escuchar al joven Hermano y para animarlo.
- Habilidad para identificar posibles falencias en su vida y ayudarlo
a superarlas.
- Realización de visitas ocasionales al lugar de estudio/trabajo del
Hermano en cuestión.
- Prontitud para ayudarlo a promover su crecimiento personal a través
de consejos adecuados y de la asistencia en la superación de sus
dificultades.
- Capacidad para asistirlo en la tarea de profundizar la comprensión
de su vocación.
- Maestría en animar al Hermano en votos temporales a valorar la SVD y
su propio compromiso misionero en la misma.
4.6 Director Espiritual
Su rol consiste en:
- Asistir al Hermano en votos temporales a crecer en madurez personal
y fe viva.
- Orientar al joven Hermano a ahondar en la comprensión de su vocación
y del significado de los tres consejos evangélicos.
- Guiarlo y animarlo en su vida de oración para que sea capaz de
conformarse a los sentimientos de Jesús Cristo (cf. Fil.2, 5).
- Llevar al joven Hermano a tomar conciencia de la necesidad de una
continua “kenosis” (anonadamiento) y de asumir un estilo de vida
sencillo.
- Desafiar al joven religioso a mostrar, a través de su vida, que
Cristo es “el camino, verdad y vida” (Jn 14, 6), a pesar de las
dificultades que pueda encontrar.
4.7 Director Provincial/Nacional de
la Formación de los Hermanos
De acuerdo a las Constituciones, cada provincia/región debe designar a
un Director de la formación de los Hermanos. No obstante, donde existan
varias provincias en un mismo país, generalmente hay un Director
Interprovincial/Nacional de la formación de los Hermanos (cf. Co. 522.3),
y su papel es el siguiente:
- Verificar que el programa de la formación para los Hermanos sea
aplicado en las provincias.
- Acompañar de cerca los programas de formación establecidos,
evaluándolos y proponiendo cambios, si fuera necesario.
- Intervenir cuando el programa de formación para los Hermanos no es
aplicado o cuando no se da el crecimiento personal en los candidatos
Hermanos o en aquellos que ya están en votos temporales.
- Proponer instituciones y parroquias como lugares para la formación
(experiencia pastoral/práctica) y sugerir personas idóneas para el
acompañamiento en esos lugares.
- Ayudar a cada Hermano en formación a crecer en su vocación verbita y
ayudarlo también a determinar su disponibilidad/prontitud para el
trabajo misionero.
- Coordinar propuestas para la nominación/designación a nivel
provincial e inter-provincial durante el periodo de la formación
inicial.
- Coordinar el encuentro anual/periódico de los Hermanos en votos
perpetuos y temporales.
- Coordinar la formación permanente de los Hermanos.
- Mantener el contacto con los responsables de la formación de los
Hermanos, por ejemplo: a través de encuentros y reuniones periódicas.
- Participar en la comisión provincial/nacional de los formadores.
5. CONCLUSIÓN
Esperamos ahora que, a la luz del presente cuaderno, las
provincias/regiones lleven a cabo una revisión de sus respectivos
programas de formación para los Hermanos. Esta tarea no es fácil, pero la
vocación del Hermano tiene un gran valor para el mundo actual. A
pesar de las muchas dificultades en comprender y apoyar esta vocación en
el presente contexto (clericalismo, estatus jurídico de la SVD, etc.), un
buen programa de formación para nuestros Hermanos puede ayudar a aumentar
su número y mejorar la vida y misión de nuestra Congregación. Los Hermanos
deberían ser considerados, cada vez más, como “partners”
(compañeros) que, junto con los cohermanos clérigos, llevan adelante la
misión común de la SVD, por medio de diferentes y complementarios enfoques
misioneros.
Los Hermanos verbitas, por medio de su vida y trabajo, juegan un papel
profético en la SVD y en la Iglesia. Ellos nos recuerdan la común dignidad
y fundamental fraternidad de los cristianos: “ustedes son todos
hermanos” (Mt 23, 8). Además, los Hermanos mantienen vivo el sentido de la
auténtica comunión en nuestras comunidades y de nuestra unidad en la
diversidad, que se expresa en ser laicos consagrados que viven junto con
cohermanos clérigos (cf. Co.104). No cabe duda: “la ausencia de un
Hermano en una comunidad verbita es una nota negativa que empobrece
nuestro testimonio religioso y misionero” (cf. HV 1, III tópicos
especiales, B. Formación del Hermano SVD).
Es importante recordar que el trabajo misionero no está sujeto a la
ordenación. En consecuencia, a la luz del XV Capítulo General SVD (2000),
deberíamos tener presente que los Hermanos hacen un gran aporte a la
misión a través de sus trabajos profesionales, servicios sociales y
ministerio pastoral. Siendo laicos, los Hermanos tendrían que ser
capaces de salir al encuentro de la gente, especialmente de aquellos que
raras veces “ponen sus pies en la Iglesia”, y de aquellos que profesan
otras creencias religiosas. Esperemos que estas orientaciones ayuden a
impartir a los Hermanos una sólida formación humana, espiritual, social,
profesional y religioso-misionera. En todo este documento hemos tenido en
cuenta lo que se venía realizando hasta ahora en la SVD con respecto a la
formación de los Hermanos. La última palabra es de reconocimiento por lo
que las provincias y regiones ya han realizado para mejorar y actualizar
sus respectivos programas de formación para nuestros Hermanos.
Roma, 27 de enero de 2005.
Un panorama general de los
Hermanos Verbitas hoy
Hno. Alfonso Berger, SVD
En las
siguientes páginas quisiera compartir algunas informaciones acerca de los
Hermanos verbitas, basadas en mi pesquisa personal y en mis contactos
durante las visitas generales. También he estudiado los informes enviados
al Generalato, así como las reflexiones de algunos cohermanos. Aunque la
situación vigente de los Hermanos verbitas pueda ocasionar ciertas
preocupaciones, considerando su perfil actual (12,5 % del total de los
miembros de la SVD = 6.050), es importante destacar que los Hermanos están
realizando un buen trabajo, a través de sus diferentes servicios en el
mundo. De hecho, hay un gran aprecio por los Hermanos verbitas por parte
de la mayoría de los cohermanos sacerdotes y, a menudo, también por parte
de la gente. A pesar de que existan algunas dificultades, los Hermanos
hacen un gran aporte a la Congregación, a la Iglesia y a la sociedad civil
por medio de su testimonio del Señor, especialmente a través de una
auténtica hermandad y solidaridad con la gente.
Las siguientes estadísticas, compiladas en el 2004, desean ofrecer un
panorama general de los Hermanos verbitas en la actualidad. Los he
clasificado por zonas y de acuerdo al año de nacimiento. Los números
representan a los Hermanos en votos perpetuos y votos temporales que viven
o trabajan en sus provincias/regiones a las que fueran asignados,
incluyendo a los Hermanos novicios. Una breve introducción sobre el
trabajo de los Hermanos, su desarrollo, sus desafíos y esperanzas, precede
las estadísticas de cada zona. Se pueden encontrar algunas diferencias
entre el Catalogus 2004 y las cifras presentadas aquí, porque no he
incluido en ellas a los Hermanos que han ido falleciendo o que fueron
traslados recientemente. Sin embargo, la nueva misión en Chad (TCD) y la
nueva región Centro Americana (CAM) fueron añadidas como entidades
separadas.
AFRAM
De acuerdo con el Catalogus 2004 y otras fuentes, esta zona
tiene 55 Hermanos en votos perpetuos y sólo 3 en votos temporales. Dos
provincias se destacan con respecto al número de Hermanos: GHA (26 en
votos perpetuos y 1 en votos temporales) y CNG (10 en votos perpetuos y
ninguno en votos temporales). El número de Hermanos en casi todas las
provincias y regiones es pequeño. En Ghana y en Congo hay varios Hermanos
trabajando en profesiones y oficios tradicionales: carpintería,
agricultura y mecánica. Otros, están empeñados en la educación, la
pastoral, la administración y la formación.
Una dificultad particular de esta zona es el hecho de que solamente un
pequeño número de provincias/regiones cuenta con un programa de formación
de los Hermanos bien organizado. Toda la zona apenas cuenta con 3 Hermanos
en votos temporales, lo que representa un gran desafío para la
animación/promoción de las vocaciones para Hermano.
Hermanos, de acuerdo al año de nacimiento, según sus
provincias/regiones:
Provincia/Región |
1920 – 1940 |
1941-1960 |
1961-1980 |
Total |
GHA |
07 |
13 |
07 |
27 |
CNG |
04 |
00 |
06 |
10 |
BOT |
00 |
03 |
02 |
05 |
KEN |
00 |
02 |
03 |
05 |
TOG |
00 |
00 |
03 |
03 |
ANG |
01 |
02 |
02 |
05 |
MAD |
00 |
00 |
01 |
01 |
MOZ |
00 |
00 |
01 |
01 |
TCD (Chad) |
00 |
00 |
01 |
01 |
TOTAL AFRAM |
12 |
20 |
26 |
58 |
ASPAC
Desde el final de los años 1980, la zona ASPAC tiene el número más alto
de Hermanos verbitas en votos temporales. De hecho, cuenta actualmente con
63 Hermanos en votos temporales de los 82 que tiene toda la Congregación.
Sobre todo, hay que destacar que 46 de estos Hermanos proceden de
Indonesia, 5 del Vietnam, 4 de la India y 4 de las Filipinas. Las demás
provincias y regiones tienen muy pocos Hermanos en votos temporales, y
algunas ninguno (cf. Catalogus 2004, pp. 461-462).
La zona ASPAC cuenta con la mayoría de los Hermanos en la SVD desde el
año 2003. Sin embargo, deberíamos tener presente que esta zona tiene 2.565
clérigos y sólo 329 Hermanos (incluyendo todos aquellos que están en votos
perpetuos, temporales y en el noviciado [cf. Catalogus 2004, página
454]).
Un buen número de Hermanos se dedica al trabajo tradicional:
carpintería, mecánica, mantenimiento de casas y labores en la granja.
Otros, están trabajando en la educación, administración y en la salud. Un
reducido número se dedica al mantenimiento de ordenadores (PC), a las
comunicaciones y a la formación. En general, tienen encuentros periódicos
a nivel nacional o zonal. Un desarrollo positivo lo constituye el hecho de
que varias provincias han actualizado (o están poniendo al día) sus
programas de la formación de los Hermanos.
Hermanos, de acuerdo al año de nacimiento, según sus
provincias/regiones:
Provincia/Región |
1920 – 1940 |
1941-1960 |
1961-1980 |
Total |
IDE |
08 |
25 |
33 |
66 |
IDR |
03 |
03 |
22 |
28 |
IDT |
05 |
10 |
25 |
40 |
IDJ |
04 |
07 |
30 |
41 |
Total Indonesia |
20 |
45 |
110 |
175 |
|
|
|
|
|
INC |
10 |
05 |
09 |
24 |
INE |
04 |
03 |
06 |
13 |
INM |
00 |
01 |
01 |
02 |
INH |
00 |
05 |
01 |
06 |
Total India |
14 |
14 |
17 |
45 |
|
|
|
|
|
PHC |
04 |
03 |
06 |
13 |
PHN |
02 |
04 |
00 |
06 |
PHS |
00 |
07 |
02 |
09 |
Total Filipinas |
06 |
14 |
08 |
28 |
|
|
|
|
|
Otras provincias |
1920-1940 |
1941-1960 |
1961-1980 |
Total |
PNG |
13 + 1* |
07 |
13 |
34 |
AUS |
01 |
05 |
09 |
15 |
VIE |
04 + 2* |
04 |
06 |
16 |
SIN |
02 |
03 |
04 |
09 |
JPN |
01 |
00 |
04 |
05 |
KOR |
00 |
00 |
02 |
02 |
Total |
21 + 3* |
19 |
38 |
81 |
|
|
|
|
|
Total ASPAC |
64 |
92 |
173 |
329 |
* Hermanos nacidos entre 1900-1919
EUROPA
Esta zona tiene una larga historia de Hermanos – relacionados
especialmente con la imprenta de Steyl. Muchos han sido enviados a otros
continentes durante el último siglo. Con todo, cabe señalar que también un
buen número permaneció en Europa para hacerse cargo del mantenimiento de
las Casas Misionales (Steyl, San Augustín, San Gabriel, y San
Wendel). Esta situación cambió radicalmente después del Concilio Vaticano
II (1965) con la crisis generalizada de las vocaciones y la baja tasa de
natalidad. En 1990, por ejemplo, la zona Europea tenía 351 Hermanos en
votos perpetuos y 40 en votos temporales. De este segundo grupo, 28
residían en POL. En el 2000, la zona contaba con 274 Hermanos en votos
perpetuos y 12 en votos temporales. ¡Significó una disminución de 105
Hermanos en 10 años!
En general, los Hermanos en Europa trabajan en el mantenimiento de las
casas, en carpinterías, en la animación misionera, además de realizar
otros servicios: administración, pintura, formación, retiros, cuidado de
los jardines, etc. Al mismo tiempo, también se destacan por su
participación en la vida comunitaria. Muchos han tenido que afrontar
ciertas crisis debido a su formación profesional inicial. De hecho, el
cierre de algunos oficios y servicios tradicionales (imprentas, talleres
mecánicos, granjas, panaderías y algunas carpinterías), les ha exigido una
adaptación a la nueva realidad. El reducido número de nuevos
candidatos Hermanos representa un desafío puesto que muchos Hermanos aún
están esperando un sustituto para sus trabajos actuales.
Hermanos, de acuerdo al año de nacimiento, según sus
provincias/regiones:
Provincia/Región |
1920 – 1940 |
1941-1960 |
1961-1980 |
Total |
CUR |
00 |
00 |
01 |
01 |
ROM |
03 |
01 |
04 |
08 |
GEN |
35 + 10* |
10 |
04 |
59 |
GES |
36 + 06* |
05 |
03 |
50 |
OES |
21 + 02* |
12 |
00 |
35 |
NEB |
15 + 07* |
02 |
02 |
26 |
POL |
05 + 02* |
05 |
14 |
26 |
SLO |
02 |
01 |
04 |
07 |
HUN |
01 |
02 |
00 |
03 |
SWI |
03 + 01* |
02 |
01 |
07 |
ITA |
02 |
01 |
00 |
03 |
IBP |
04 + 01* |
00 |
02 |
07 |
ESP |
02 |
00 |
01 |
03 |
POR |
00 |
01 |
02 |
03 |
URL |
00 |
01 |
07 |
08 |
Total EUROPE |
129 + 29* |
43 |
45 |
246 |
* Hermanos nacidos entre 1900-1919
PANAM
En esta zona, los Hermanos verbitas tienen también una destacada
tradición. Hay que recordar que entre 1890 y 1909 esta zona recibió 177
Hermanos, un número elevado, si consideramos que en 1905 la totalidad de
la SVD tenía 551 Hermanos y 288 sacerdotes. Sin embargo, esta realidad ha
ido cambiando con el tiempo, lo cual se nota claramente en las actuales
estadísticas: la zona tiene ahora 115 Hermanos en votos perpetuos y sólo 6
en votos temporales, pero cuenta con 1.194 clérigos. En este sentido, se
puede afirmar que PANAM es la más “clericalizada” de las cuatro zonas:
cerca del 91 % son clérigos y sólo 9 % Hermanos. La proporción entre
Hermanos y clérigos en las otras zonas es la siguiente:
AFRAM con 11 % de Hermanos; ASPAC con 11, 5 % y EUROPA con 18, 5 % de
Hermanos (cf. estadísticas/gráficos al final de este informe).
Otra consideración que debemos tener en cuenta es el hecho de que la
vocación del Hermano se ha desarrollado ampliamente sólo en tres países:
USA, Brasil y Argentina. En otros países, como son Chile, Paraguay, México
y Bolivia, ha habido un buen número de Hermanos en el pasado, pero ha
disminuido con el paso del tiempo. Generalmente, en todas las demás
provincias y regiones de Latinoamérica, la vocación del Hermano nunca
experimentó un gran desarrollo. La causa puede estar relacionada con el
clericalismo y con los valores sociales.
En resumen, en lo que respecta a PANAM, podemos decir lo siguiente:
- Existen algunos programas bastante buenos de la formación de los
Hermanos (al menos en algunas provincias), pero se constata una escasez
de vocaciones para Hermano.
- La comunicación entre los Hermanos en la zona no es fácil, por el
motivo de que existen tres lenguas principales: el inglés, el español y
el portugués. Muchos Hermanos conocen solamente una de estas lenguas, lo
cual complica bastante el poder compartir experiencias e informaciones.
- Los Hermanos trabajan en diferentes campos de trabajo:
administración, pastoral, formación, carpintería, granja, educación,
salud, animación misionera, apostolado bíblico, catequesis,
comunicaciones, asistencia social, entre otras actividades.
- Mi impresión es que, en general, los Hermanos valoran su vocación y
no tienen muchas dificultades con el clericalismo. Viven su consagración
con alegría y empeño misionero.
Provincia/Región |
1920 – 1940 |
1941-1960 |
1961-1980 |
Total |
USC |
20+06* |
13 |
02 |
41 |
USS |
04 |
01 |
01 |
06 |
USW |
04 |
02 |
00 |
06 |
Total USA |
34 |
16 |
03 |
53 |
|
|
|
|
|
BRN |
07+02* |
00 |
01 |
10 |
BRC |
02 + 01* |
03 |
02 |
08 |
BRS |
02 + 01* |
01 |
01 |
05 |
BRA |
00 |
01 |
01 |
02 |
Total Brasil |
15 |
05 |
05 |
25 |
|
|
|
|
|
ARS |
06 + 01* |
02 |
01 |
10 |
ARN |
05 |
01 |
02 |
08 |
ARE |
00 |
00 |
01 |
01 |
Total Argentina |
12 |
03 |
04 |
19 |
|
|
|
|
|
Otras provincias |
1920-1940 |
1941-1960 |
1961-1980 |
Total |
PAR |
02 |
02 |
05 |
09 |
CHI |
02 |
00 |
01 |
03 |
BOL |
01 |
00 |
02 |
03 |
ECU |
01 |
00 |
01 |
02 |
COL |
00 |
00 |
01 |
01 |
MEX |
01 |
00 |
02 |
03 |
CAM |
00 |
00 |
00 |
00 |
Total |
07 |
02 |
12 |
21 |
|
|
|
|
|
Total PANAM |
57 + 11* |
26 |
24 |
118 |
|
|
|
|
|
TOTAL GENERAL |
253 + 43*= 296 |
181 |
268 |
751 |
* Hermanos nacidos entre 1900-1919
HERMANOS VERBITAS
(en votos perpetuos, temporales y novicios)

HERMANOS* - CLÉRIGOS

* Hermanos en votos perpetuos, temporales, incluyendo novicios
La Evolución de los Hermanos y Clérigos
a lo Largo de los Años (*)

Años: |
1885 |
1905 |
1915 |
1935 |
1965 |
1985 |
2000 |
2004 |
Clérigos |
35 |
520 |
901 |
2479 |
4230 |
4434* |
5113 |
5275 |
Hermanos |
24 |
605 |
841 |
1870 |
1483 |
995* |
848 |
775 |
* Se han introducido algunos cambios en el Catalogus de 1984. Por eso,
las cifras mencionadas arriba incluyen el número de sacerdotes, obispos,
diáconos y estudiantes/novicios clérigos. Puesto que no existe una
distinción entre novicios clérigos y Hermanos, he decidido calcular el
promedio de los Hermanos novicios en el período de 1980 a 1983 para
establecer las cifras estimativas del año 1985. He calculado que los
Hermanos novicios eran aproximadamente el 10 % (35) del total de los
novicios (355) para ese año. Así, tenemos: 3354 + 760 + 320 = 4434*
clérigos y 960 + 35 = 995* Hermanos.
Se han efectuado nuevos cambios en el Catalogus en 1989. Los miembros
verbitas fueron organizados bajo las siguientes categorías: sacerdotes
(incluyendo obispos, diáconos permanentes), fratres en votos temporales,
Hermanos en votos perpetuos, Hermanos en votos temporales, y novicios (sin
distinción entre clérigos y Hermanos). Este es el sistema vigente hoy en
día.
En el año 2000 había 5.113 clérigos (3.769 + 1.007 + 337). Para
descubrir el número de Hermanos en aquel año (848), he razonado así: 677 +
134 + 37. Del total de los novicios de aquel año (374), 337 (aprox. 90 %)
eran clérigos y 37 (aprox. 10 %) eran Hermanos.
Las cifras para el año 2004 fueron deducidas siguiendo los mismos
criterios de cálculo. De hecho, tomando el número promedio (1.026)
de fratres de los últimos 5 años (2000-2004), y el número promedio
(105) de Hermanos en votos temporales, podemos ver que la proporción entre
los clérigos y los Hermanos permaneció cercana al 90 % para los primeros y
de aproximadamente un 10 % para los últimos. De continuar esta tendencia,
los Hermanos constituirán en los próximos años un 10 % del total de la
Congregación (o tal vez menos). En realidad, en el año 2004 los Hermanos
en votos temporales eran 82, cuando los fratres sumaban 1.043. Estas
cifras indican que apenas un 7,3 % eran Hermanos en cuanto que un 92,7 %
eran clérigos.
(*) Fuente: Catalogus SVD 2004, pp.
463-464.
Más allá de las estadísticas
Las estadísticas de los Hermanos verbitas pueden causar una impresión
un tanto negativa debido a su disminución numérica. Sin embargo, quisiera
añadir algunos puntos para ser tenidos en cuenta al evaluar el panorama
general de los Hermanos verbitas.
- El testimonio de vida de los Hermanos es vital para la promoción de
la vida religiosa. Por eso, es imperativo reconocer/valorar a aquellos
Hermanos que en la historia de la SVD han dado un positivo ejemplo de
vida religiosa, no sólo para la gente con quien trabajaban, sino también
para sus propios cohermanos y para otros miembros de la Iglesia.
- En décadas recientes, muchos Hermanos han asumido importantes tareas
de liderazgo: vice-provinciales, superiores de distrito, rectores,
praeses, y consejeros. Aquí vale la pena mencionar que dentro de la SVD
hay un amplio y explícito apoyo para que los Hermanos asuman estos
roles.
- Otra señal positiva es la revitalización de las vocaciones para
Hermano en algunas provincias y regiones. Por ejemplo, hay un buen
número de candidatos Hermanos que entran en la SVD en Indonesia, India,
Brasil, Argentina, entre otros países.
Éstas son buenas razones para mantener la esperanza. Ahora, mi
expectativa es que cada provincia o región, use de su creatividad para
renovar su compromiso con la animación vocacional del Hermano. La vocación
del Hermano verbita puede ser vivida con alegría en medio de tantos
desafíos y oportunidades de la misión en el mundo de hoy. Confío en que el
presente cuaderno sobre la formación del Hermano verbita sea una valiosa
ayuda en ese sentido.

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cuaderno en formato PDF>>> |